Sunday, October 22, 2006

Retomo, con algunas adiciones, esta reseña de El Judío Errante, de un blog bibliográfico:

Debido a la revocación del Edicto de Nantes, una familia francesa de rancio abolengo y religión protestante -descendientes del judío errante, condenado por Cristo a vagar indefinidamente transmitiendo a la vez la enfermedad del cólera- se exilia voluntariamente, repartiéndose en diversos lugares del mundo: parte de la familia se dirige a Polonia, otros se establecen en Alemania, otros marchan a Inglaterra y el resto se decide por el continente americano.
Ciento cincuenta años después, sólo existen siete descendientes de esta familia, únicos herederos de una cuantiosa herencia: Rosa y Blanca Simón, dos gemelas de quince años, hijas de un valiente ex oficial leal a la causa de Napoleón, el fabricante Francisco Hardy, Djalma, príncipe hindú, un artesano apodado "Duerme en cueros", la sensual y hedonista Adriana de Cardoville, hija del conde de Renneport y el sacerdote misionero Gabriel Renneport.
Para poder recibir la herencia, cada uno de ellos debe poseer una medalla de bronce con un par de inscripciones que indican la fecha y el lugar (13 de febrero de 1682 en París) en el que estas siete personas deben reunirse. La Compañía de Jesús (los jesuitas) desea apoderarse de esta herencia y para ello utiliza distintos medios, sutiles, hipócritas, violentos, para intentar eliminar a todos los herederos legítimos (excepto al misionero) e impedir que estén en París en la fecha indicada.
Los jesuítas están a punto de hacerse de la herencia, cuando una figura fantasmagórica, que es la judía errante, hermana del Judío, acude a entregar un documento donde se establece que la entrega del legado se retrasará unos meses hasta aclarar la identidad de los verdaderos herederos.
La Compañía de Jesús va asesinando a todos los descendientes mediante crímenes fraguados por medio de complicadas intrigas, dejando solo a Gabriel Renneport, exjesuíta convertido en sacerdote galicano, pero quien en un acto de irreflexiva obediencia ha cedido sus derechos a favor de la orden.
Finalmente, el guardián de la herencia, un honrado y anciano judío,la destruye para evitar que caiga en malas manos. Gabriel Rennoport sobrevive, al igual que algunos amigos de su familia, quienes se dedican a cultivar una vida pacífica y laboriosa. El judío errante es perdonado y encuentra por fin en la muerte el fin de su condena.

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